miércoles, 6 de junio de 2012

LA HORA ESTELAR DE LOS ASESINOS, de Pavel Kohout. SESIÓN DE CLUB DE LECTURA

"La hora estelar de los asesinos", de Pavel Kohout es un caso interesante de novela histórica ambientada en el casi infinito escenario bélico de la segunda guerra mundial, muy bien escrita, fácil de leer y que nos plantea un tema que no es tratado en la literatura tan a menudo como debería, dada su importancia.
Nos encontramos en Praga, en la primavera de 1945, al final de la guerra, cuando las tropas soviéticas se aproximan a la ciudad que muchos checos preferirían que fuese liberada de los alemanes por los norteamericanos y no por los rusos. En estos últimos días bajo la ocupación, los únicos ciudadanos checos con derecho a portar armas son los miembros de la policía criminal, y en ellos recae, por tanto, la responsabilidad patriótica de hacerse cargo, cuanto antes, del inevitable vacío de poder que habrán de dejar los alemanes en su retirada… si es que deciden retirarse y no convertir la capital en una
fortaleza frente a sus enemigos con catastróficas consecuencias para los pobres ciudadanos (ése fue el destino, propiamente, de otras ciudades centroeuropeas como Budapest y Varsovia).
Pero, en la novela, la policía criminal de Praga se enfrenta al mismo tiempo a un grave cometido aparentemente sin relación alguna con la convulsa situación política: detener a un asesino psicópata que se dedica a descuartizar mujeres. Sin embargo, cuando la policía está a punto de atraparlo, al producirse la rebelión armada contra los ocupantes alemanes (¡que lidera la misma policía!), el asesino logra introducirse eficazmente entre las bandas armadas que surgen en las calles: allí en poco tiempo descubrirá que sus cualidades de valor, frialdad, ferocidad y carisma pueden permitirle convertirse en un líder.
El criminal se convierte en héroe por sus propias cualidades de criminal… y sin que ello estorbe en absoluto a su capacidad efectiva de matar, con la única diferencia es que ahora puede hacer abiertamente lo mismo que un día antes tenía que hacer en secreto.
Aquí es donde el autor de la novela introduce una reflexión acerca del
mal que no es nueva, pero que aquí se expone con acierto y con casi excesiva claridad.
Para muchos lectores puede parecer anacrónica la referencia a un sádico asesino psicópata en el año 1945, aunque ese tipo de comportamientos horripilantes se han dado en todas las épocas (si bien sólo modernamente se les ha asignado un vocabulario científico que hoy ya se ha trivializado), pero lo que el autor busca con introducir este personaje en el episodio histórico es apoyar la idea, de que el entorno de violencia selecciona a determinados temperamentos que en medio del derramamiento de sangre se encuentran como pez en el agua.
Éste es un planteamiento moderno, que rompe con la imagen noble del guerrero que nos llega de la Antigüedad, de modo que hoy ya podemos denunciar que la guerra es un crimen y que, en consecuencia, sólo puede gustar a los criminales.
En teoría, los soldados modernos son caballeros muy serios que hacen un trabajo abnegado, y no criminales, aunque tampoco son ya modelos de "hombría de bien", como en otros tiempos fueron. Sin embargo, son muchos los que sospechan que,por desgracia, nunca podrán dejar de darse casos como el de las famosas fotos de la prisión de Abu Graib que demuestran que no podemos hacernos demasiadas ilusiones al respecto de los límites entre el crimen y las vicisitudes bélicas.

Francisco Martín

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