jueves, 26 de diciembre de 2013

UP IN THE AIR.

Para Ryan Bingham todas las ciudades vistas desde el cielo son iguales. También lo son los coches que alquila una vez que llega a ellas y los hoteles en los que se aloja. Todas las empresas que visita para encargarse de transmitir la noticia de su despido a ciertos trabajadores también se parecen por el ambiente de miedo que se encuentra cuando llega a ellas. Ryan es un alto ejecutivo cuya filosofía es alejarse de las preocupaciones y compromisos. Y la mejor manera de hacerlo es estar en todas partes y a la vez en ningún sitio, viajando ligero de equipaje, como decía Antonio Machado. Ryan es un hombre-pantalla, que aparece en la vida de ciertos individuos para transmitirles falsas esperanzas basadas en las doctrinas-basura derivadas de los libros de autoayuda.  En la novela en la que se basa la película, escrita por Walter Kirn, se nos ofrecen algunas claves del trabajo de Ryan, propio de la era de la subcontratación:

"La mayoría de las personas creen que nos llaman para despedir a la gente o para encontrar nuevos empleos a los despedidos. Ni una cosa ni la otra. Nuestro papel es hacer que el limbo sea tolerable, llevar en una barca a las almas perdidas, a través del río del terror y la humillación y la falta de confianza en uno mismo, hasta el punto en la que brillante costa de la esperanza sea débilmente visible, y luego anclar el bote y hacerlos nadar mientras nosotros remamos de vuelta al palacio del que han sido desterrados para presentar a los nobles nuestra factura. No ofrecemos garantías ni promesas a los nadadores. (...) Llegamos a nuestro puerto antes de que ellos lleguen al suyo, y no miramos atrás por encima del hombro para ver como les va, aunque ellos nos miran a nosotros contínuamente."

Ryan va de ciudad en ciudad efectuando despidos ordenados por sus jefes, a quienes antes se los han encargados otros, los jefes de los despedidos, gente demasiado cobarde como para dar la cara en un momento así. Pero a él personalmente no parecen afectarle las reacciones de sus víctimas: está entrenado para blindarse ante las emociones. Todo en su vida es tan efímero como que apenas le deja huella: sus residencias (se pasa prácticamente todo el años viajando), sus relaciones sexuales o sus amistades. Desde su medio natural, Mundo aéreo, los problemas se ven muy lejanos y pequeños. Tiene familia, sí, pero ellos apenas tienen alguna idea de a qué se dedica. La película de Reitman es mucho más inteligente que el libro en el que se basa. La novela de Kirn es más bien el monólogo de un personaje egocéntrico que analiza el mundo que le rodea (el mundo del capitalismo más darwinista) de una manera presuntamente brillante, como si él estuviera por encima de todo eso. Si bien su comienzo es prometedor, hacia la mitad se vuelve demasiado cargante: es imposible empatizar con el personaje del modo como lo hacemos con el que encarna George Clooney en la gran pantalla. Y también las historias son muy diferentes. La de Reitman se desarrolla en plena crisis económica, por lo que el papel del protagonista se torna como una especie de brujo malo que deja marcadas con una maldición a sus víctimas. Y es que así funciona el capitalismo, por ciclos: las crisis no son catástrofes naturales (normalmente) porque sus gestaciones son eminentemente humanas. Luego se intentan evaluar y explicar, pero en un sistema que se supone tan avanzado y tan científico, nadie sabe como corregirlas.

El debate dio para mucho: es lógico con un argumento tan de actualidad, pero al final acabamos analizando la actitud de Ryan: él, que tan libre se cree ¿es más esclavo que nadie de su trabajo? ¿es mejor vivir sin ataduras o lo más natural son las relaciones estrechas? El mensaje final de la película es conservador: tanto elogiar un cierto estilo de vida para después vapulearlo de esa manera en la última escena. Y es que al final descubrimos que a la vida de Ryan le falta calor humano: en cualquier caso, él tiene los medios para corregir esa carencia en el futuro.

Dejo aquí el artículo que le dediqué a la película hace un par de años:

http://suite101.net/article/up-in-the-air-de-jason-reitman-a11690

1 comentario:

  1. Me gusta especialmente la banda sonora, con letras muy en consonancia con el tema de la película. Recientemente he visto "Juno", del mismo director, también muy recomendable

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