jueves, 17 de julio de 2014

LOS ENAMORAMIENTOS, de Javier Marías


LOS ENAMORAMIENTOS.
JAVIER  MARÍAS

[Atención. Este artículo contiene spoiler o destripe de la trama. Prescinda de leer los párrafos del argumento si piensa leer la novela]

     Con motivo de este libro hemos tenido la última reunión antes de empezar la diáspora del verano.
El libro y el autor venían precedidos de fama, por las críticas que de manera casi unánime habían recibido tanto en autor como al novela, y no sólo aquí en España sino también en el extranjero, y todas halagadoras.
     Cuando cada uno de los participantes comenzó  a manifestar su opinión sobre la novela y el autor, las críticas comenzaron a aparecer, y de manera casi unánime todos coincidimos que la novela en sí había resultado bastante pasada, el autor se había manifestado de una manera aburrida, y para algunos hasta pedante, sus expresiones eruditas  en algunos casos se volvían enervantes y reiterativas. Llama la atención esos guiños que parece hacer a su mundillo de escritores metiendo cosas del mismo que tampoco parece que vinieran muy a cuento  si no se está metido en su mundo. Así como cierta pedantería en sus citas tanto en inglés como francés
     Se le criticaba al autor que sus personajes no se distinguían mucho de su creador, eran bastante artificiales por lo que daban la impresión  que eran meros portadores de la ideología del autor que ponían en sus bocas sus reflexiones y poco más.
Escrito esto pienso que es pertinente  resumir la novela. Arranca la  misma cuando la narradora se fija todos los días  a la hora de desayunar en un bar, en un matrimonio que la llama la atención por la armonía,  que se ve entre ellos la complicidad y el enamoramiento a pesar de los años transcurridos y los  hijos, desprenden amor y felicidad y esto a ella le conmueve. Pasado un poco  de tiempo deja de verlos y ella lo achaca a diversas circunstancias hasta que se entera que él ha sido víctima de un loco que se lo quita de en medio el día de su cumpleaños.
     A partir de aquí la narradora empieza a reflexionar sobre la vida, lo inseguro  que estamos en ella, cómo podemos desaparecer en cualquier momento y este no tiene por qué  ser más o menos inoportuno.                    Comienza    también aquí  a pensar sobre los muertos, lo que estos condicionan la vida  de los vivos y cómo deben de ir dejando su hueco para que la vida continúe. Llega a conocer a la viuda, y también al amigo de la familia que se ocupa de ella y los niños, y con la que ella tendrá su enamoramiento.  Un enamoramiento  muy peculiar porque quedan en verse de manera esporádica y casi más para el sexo que otra cosa, porque él, de la que está  enamorado es de la viuda y ella es solo un escape. Ella consiente en ello, porque se siente atraída por su físico y la remota esperanza que un día desista de su amor.
     De manera indiscreta descubre que la muerte  del amigo de su amante fue algo premeditado, con ello le coge cierto temor  pero la curiosidad le lleva a indagar más. Él se justifica diciéndole que la muerte fue  cumpliendo en deseo de su amigo enfermo, y ella aunque no se lo cree porque no es creíble,  deja las cosas como están,  no se quiere complicar la vida. Hay muchos crímenes en el mundo sin resolver y uno más no importa. Además que ya no resolvería nada aparte de estropearle y amargarle la vida a la viuda de nuevo feliz.
     Aquí volvimos al debate analizando la personalidad de la narradora en la que coincidimos que era una mujer fría sin grandes alicientes, muy pasiva y conformista en su relación amorosa que si era enamoramiento, este se confundiría más con un atractivo sexual que con la pasión, se la tachó por parte de algunos de misógina.  A su compañero se  le adjetivó  de criminal y además cobarde. Sus relaciones con ella  no eran  más que las de un descarado y aprovechado que tomaba lo que se le ofrecía pero sin ningún compromiso por su parte.
     Después la reunión discurrió por otros derroteros  pero ya no ligados a la novela, que en sí no daba  para mucho más, había resultado bastante decepcionante para la mayoría.
     ¡¡Que la vacaciones sean provechosas en buenas lecturas ¡¡.

     Mariano Calderón.