sábado, 7 de noviembre de 2015

MEJOR... IMPOSIBLE, DE JAMES L. BROOKS.

A primera vista, Mejor.. imposible, no parece más que un mero vehículo de lucimiento de Jack Nicholson. Y hay parte de verdad en esta afirmación, porque el papel protagonista parece escrito para él, pero afortunadamente la película de James L. Brooks cuenta con muchos más ingredientes, entre los que destaca un guión excelente, optimista y con abundantes dosis de comedia, pero mucho más complejo de lo que parece a primera vista.

Melvin Udall es un enfermo. Padece un severo transtorno obsesivo-compulsivo, es decir, su mente alberga habitualmente ideas obsesivas que le causan una angustia permanente, por lo que debe realizar actos un tanto insólitos para intentar liberarse de ellas: lavarse las manos con un jabón distinto cada vez, pasear sin pisar las líneas de la acera y, en lo posible, seguir rutinas estrictas en su vida cotidiana. Además Melvin es un ser extramadamente desagradable con el prójimo. Brutalmente sincero, no le importa manifestar públicamente sus pensamientos racistas, xenóbofos, homófobos y machistas. Sus intereses empiezan y terminan en sí mismo, por lo que cualquier alteración en la tranquilidad de sus hábitos, es percibida por él como la peor de la catástrofes. Lo paradójico es que se gana la vida como escritor de género romántico, con gran éxito porque, a decir de sus lectoras, nadie es capaz de captar mejor que él los sentimientos femeninos.

En cierta forma Mejor... imposible funciona como un cuento moral, como una gran conspiración del azar para que el hombre maduro y gruñón aprenda un poco de empatía, que la relación con otros seres humanos (y caninos) no es solo motivo de fastidio, sino una fuente de beneficios mutuos, en las que todos pueden aportar algo. Que en medio de este proceso le asalte el sentimiento amoroso no es más que un estímulo más para que el protagonista realice un examen íntimo de conciencia y se proponga abordar unos revolucionarios cambios en su actitud ante la existencia. Quizá también le ayude el hecho de advertir, una vez que salta las barreras que le separaban de los demás, que él no es el único sufriente, el único ser solitario en el mundo, por mucho que las apariencias le hayan dicho hasta el momento lo contrario.

Por otra parte, hay que apuntar que la trama no se priva de denunciar la situación de la Sanidad en Estados Unidos. Nada menos que dos personajes se ven afectados por aquel sistema, uno de ellos pierde su hogar por no poder pagar la factura del hospital, después de haber recibido una paliza para robarle en su propio domicilio y el seguro médico de la protagonista es insuficiente para cubrir las atenciones médicas que necesita su hijo enfermo de asma crónico.

La de Brooks es una de esas producciones bienintencionadas que nos intentan acercar al mundo de esta clase de enfermos desde una perspectiva amable, aunque la realidad sea mucho más dura. Otro ejemplo famoso y muy reciente es el Sheldon de The Big Bang Theory. Por una parte, la enfermedad se populariza y la gente la acepta mejor, pero por otra la información que llega está edulcorada. El happy end de Mejor... imposible quizá no lo sea tanto si pudiéramos asomarnos al futuro inmediato de la recién constituida pareja.

2 comentarios:

  1. Y que conste que si llegamos a tener la oportunidad de saber lo bueno en que llega a convertirse el personaje que interpreta Jack Nicholson es porque éste tiene mucho dinero para hacer favores a unos y a otros. Sin dinero no hay bondad ni nadie que tenga la oportunidad de apreciarla...

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