miércoles, 25 de enero de 2017

TERTULIA TEMÁTICA: ACENTO CUBANO

Guantanamera (1995)
Dtor: Tomás G. Alea y Juan C. Tabio  
                           
                             Por Mariano Calderón Domínguez

     A pesar del frío disuasorio, el grupo amantes del cine nos reunimos para hablar sobre esta película, para la mayoría desconocida hasta ahora,  y para los que la habíamos visto hacía tanto tiempo nos resultó casi como de estreno.   
     Es una película sencilla sin muchas pretensiones pero creo que cumple. Arranca mostrándonos una perspectiva de la ciudad cubana de Guantánamo, una ciudad con muchos edificios destruidos, otros muy decadentes y todos con el aspecto de necesitar grandes reformas. Era la Cuba de 1995, en el llamado "Periodo Especial" tras la crisis de la Unión Soviética.
     Uno de los personajes  hace ver esa decadencia y ahora, aunque lo intenta, el tiempo ha pasado y ya no quedan muchas posibilidades.
     Por otro lado está un grupo de funcionarios fúnebres que intentan abaratar costes en los traslados fúnebres entre ciudades con una idea la mar de ingeniosa, donde lo que importan son las estadísticas y la apariencia aunque luego resulte lo contrario.
    Cuando esta idea se pone en práctica por un lado se verá lo absurdo de la misma,  y por otro nos irá mostrando las carencias básicas del pueblo cubano con su manera de buscarse la supervivencia con el estraperlo, como algo ancestral,  y esto ante los ojos del funcionario que lo consiente, así como los restaurantes clandestinos, en contraposición a lo que ofrece el estado: bares solo con café o té, nunca juntos, y con ron, y cuando hay algo siempre hay algunos pícaros que quieren aprovecharse a costa de los legales.
    Por otro lado está Mariano y su camión, con su divertida vida de casanova por un lado, y por otra los trapicheos clandestinos y el modo en que está organizado el trasporte público a base de aprovechar todo lo que rueda.
     Aunque hay una historia de amor que suaviza, lo que queda patente es el gran fracaso del comunismo científico, como alguno lo llama.
     Sólo hay una solución que la película ofrece por medio de una leyenda (La Leyenda de Iku) que narra que un gran diluvio  lo sumergió todo; sólo se salvaron los niños y jóvenes que iniciaron algo nuevo. En la hora del entierro ante el funcionario subido al estrado ocurre otra vez; todo debe desaparecer, y sólo renacerá en algo nuevo el amor.
     La vida es tozuda y supera la ficción: la muerte y el entierro de Fidel es un paralelismo, y su viaje a través de la isla con avería en el furgón fúnebre incluida .
     La revolución ha fracasado, para salir del pozo deben enterrar al muerto y hasta  que no venga una nueva "inundación" no cambiará nada.
     La película el debate que originó merecen un aplauso, aunque a nadie se nos escapó su trasfondo ácido y agridulce.
     Mi propio nombre y su presencia en la película creo que también  contribuyó de forma indirecta al divertimento en la misma.
     Mariano Mariano ja ja ja...

                  
                                                               MARIANO CALDERÓN DOMÍNGUEZ

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